Algún día sabré de que
estridencia
nació la erosión que abocó a
tanta
impaciencia; que pálpito volvió
frágiles aquellos días de luces
claroscuras,
con un lenguaje que solo era
camino
de naufragio; de donde nacieron
los ecos que devolvían las
palabras
nunca dichas.
Algún día, encontraré la pausa
sin emociones, la tregua para
evitar
el gesto violento que intensifica
la realidad de esta historia.
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Saludos