TE ESPERO.
Ahora, que aún no te has ido,
quietos están tus recuerdos. Quietos están ahora en este verano de ilusiones,
después de resistir los fríos que agitaban nuestra armonía.
En este momento, que aún no te
has ido, ya echo de menos la fuente de tus labios. Y esa forma de entrega que
tanto conozco.
¿Cómo llenaré el vacío
interminable que me causará tu ausencia, la soledad inmarcesible que cubrirá
tus silencios?
No me queda más que el refugio
del tiempo, ese vacío en forma de equipaje que guardaré hasta tu vuelta.