Llega el frío del alma
abovedándose en el corazón
que cubre con lasitud
la calculada indiferencia.
Se han trazado surcos
con dedos imaginarios
impulsados por el miedo
situado en lo alto del llanto.
Es una ilusión herida
dibujada lentamente
por hilos de tristeza
de temor y nostalgia.
Trazos de sombras
de aquellos días
reducidos a ceniza
sintiendo los golpes
en el cuerpo transparente.
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