26 agosto 2019




PRESENCIA DEL FRACASO





      Lo que nos ha unido nos separará, lo intuyo. Y después los días serán tiempo perdido, porque no quedará más que memoria, esa sensación difusa e incierta que empaña la dulzura de lo que fue grato, de lo que fue querido. Me obstino en el desaliento de no entender pacientemente aquello que no supimos retener por temor a que la verdad despierte y nos lleve a ese infierno del que tantas veces hablamos y que no nos lleva a ningún sitio más que a hacernos daño; ese tiempo sin sentido que como un remordimiento te he venido reprochando.

       Tengo temor al recuerdo -lo sabes- de aquellos que te amaron, y aunque nos buscamos en el vacío de los días, con ese instinto natural y primitivo de los que quieren ser amados, cuando los sentimientos de nostalgia invadían nuestros corazones, también comprendí que tú antes amaste a rostros con alma y cuerpo y donde pusiste tus ojos emocionadamente; amores abatidos pero que perduran en mi tristeza.

        Estoy en ese instante en que las dudas suponen la constancia del fracaso,

el destello del ayer hecho presencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario