Cuando yo ya no esté
pondrás la palabra justa,
la nota alegre en el verbo
para hablar bien de mí,
como tantas veces oí de tu boca
los dulces delirios que tus ojos decían.
Cuando yo ya no esté
encontrarás la verdad desnuda
en todos los crepúsculos inciertos,
en el recuento de tus citas
coronadas de venturas.
Cuando yo ya no esté
volverán los recuerdos imprecisos,
la brevedad de algunos sentimientos
y unas vagas huellas de nostalgia.
Que pasará con los que quedan, cuando yo ya no este. Siempre me lo pregunto.
ResponderEliminarPrefiero que me falten ellos que yo a ellos.
... los dulces delirios que tus ojos decían...
ResponderEliminarPrecioso verso, Enrique. Notable poema amoroso, premonitorio de ausencia, cargado de temblor y certeza a la vez
saludos blogueros.