He buscado en mis pasos
el mañana que anhelaba,
las respuestas imposibles
que pudieran romper
aquellas antiguas páginas.
Hoy agradezco la herida
y el legado recibido de ayer,
por tanta certeza acumulada
que no puede quedar anclada.
Hay una invitación para el
desencuentro del alma
y el riesgo inminente
de enardecer el presente.
Por eso quiero la desmemoria
de lo que el viento augura,
el proyecto de un futuro
que se hunda en el paisaje.
Tan solo eso,
despedirme del miedo
de la aventura de la vida
que se escondió entre mis años.
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