DÉJAME DORMIRTE UN BESO
Déjame dormirte un beso
en tu boca inquieta.
Déjame arrullarte con la mirada
ahora que el ansia no doblega
el ciego palpitar que nos agita.
Déjame,
antes de que nuestra mirada
pierda su brillo y nuestros
labios la sonrisa.
Antes de que se quiebre el aire
del mediodía,
sobre nuestros ojos rebeldes,
que todo lo olvidan.
Déjame dormirte un beso,
ahora que amanece el día.
Del poemario "En la senda que
anochece"
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