PÉRDIDA DE TIEMPO
Perdemos el tiempo que tendríamos que
vivir en nuestros ojos. Se dilapidan los besos entre muescas de sueño, y los
años transcurren mientras descubrimos que los vaivenes solo nos brindan
silencios y una soledad secreta en nuestros cuerpos. ¡Cuanto tiempo
perdido sin la emoción de una caricia, de
un río de jazmines entre abrazos!
Cuantos instantes resumidos en soledades, en
aletargados y huecos días de desdenes; demasiado tiempo de altivez escondida en
la invención sublime de ser dos, el gesto indefinible en el encantamiento de
ciertas tardes.
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