26 abril 2014

           ELLA

                     

          Tengo en mi tu rostro inmortal
          de tanto retenerlo,
          como un lienzo hecho de instantes
          que reflejara tu tez.
          Y tengo el corazón atado
          por hilos imaginarios
          aferrado a mi pecho,
          y escucha los latidos
          que acaricia la piel
          con palpitos sumergidos
          en nuestra alma de sueños.
          Eres el bálsamo,
          la caricia con memoria,
          la flor del labio donde nace el beso.
          Eres la guinda de la luz extasiada
          que se atrinchera en mi anhelo.



         






11 abril 2014

    LA BÚSQUEDA

   No solo en la noche nace la oscuridad y las sombras, las imágenes fugaces con escenas de un recodo de aquel discurso monótono del tiempo. Si se apagan algunos ritmos y se relajan las sensaciones, la distancia de luz se va agrandando hasta ganar la orilla de las brumas de encrucijados caminos. Y es sobre el espacio en blanco de los días cuando hay que seguir trenzando la vida con la renovada ilusión que evite el silencio que se abre sin palabras. Es la opacidad de los escollos y riscos recónditos lo que produce la sorda resistencia a la resignación del naufragio, el que hay que defender a brazadas, con ahínco del naufrago que quiere salvarse a pesar de la difícil tormenta.

     Solo así se puede conseguir que el tiempo no suceda sin albergar la realidad de que la suerte sigue echada, y que el corazón medita y teme las mentiras escondidas que embrutece el pensamiento de etéreos silencios.

     Por eso, hay que entregarse en hallar las sedas de las miradas, el sentir la ternura del tacto, la dulce complicidad de los besos, como aquellos que un día fueron a posarse en el alma donde anidan los recuerdos; y la sincera voluntad de conseguir un poco de calor compartido al reconocerse nuevamente para recorrer el oscuro tránsito que llevó al paisaje  de ese mudo abismo.